Salud y Nutrición

Con el comienzo del entrenamiento físico regular se nos abre la posibilidad de una toma de conciencia del propio cuerpo y un autoconocimiento mas profundo del mismo y de sus necesidades.

Reconocemos sensaciones que luego transformamos en información que a su vez es utilizada en la toma de decisiones con respecto a los propios límites y a la posibilidad de aprender a regularnos.

Esta nueva comunicación con nuestro cuerpo no solo se da durante la actividad en sí, si no también en el resto del día.

Aprendemos a "escuchar" cuando necesitamos descansar y notamos diferencias significativas según hayan sido los alimentos ingeridos. Esto último nos da la pauta de la importancia de elegir cuidadosamente los nutrientes que ingresan a nuestro organismo. Una adecuada alimentación es parte no visible pero no por ello menos importante de un entrenamiento o práctica deportiva.

Lo mas importante es el cambio de hábitos en el sentido de la salud; todo lo que potencie nuestra salud, potenciará nuestra capacidad de rendimiento.

El primer paso es una valoración nutricional que permita identificar las necesidades propias de cada persona y estimar sus requerimientos energéticos, de macronutrientes (hidratos de carbono, proteínas, lípidos) micronutrientes (vitaminas, minerales) y de líquidos.

En base a lo anterior se desarrolla un plan individualizado y se determinan las estrategias a implementar, luego un seguimiento, evaluaciones parciales y evaluación final.

Un plan de alimentación siempre será individual, pues no solo contempla necesidades fisiológicas de nutrientes y energía, también se adapta a la situación personal de hábitos y costumbres, gustos, horarios, preferencias, disponibilidad de alimentos, situación económica y social.

Por lo tanto el primer paso es consultar a un profesional de la nutrición quien podrá orientar las prácticas nutricionales en función de la consecución de logros tanto de salud como deportivos.